La siesta mientras el sol de media tarde se cuela en el salón y la novela pone la banda sonora. Los platos de dos escurriéndose al filo del mármol. Los trapos, las pinzas y miles de cosas que no sé ni qué son sobre la lavadora.
Lo cotidiano.
Una cotidianidad que rompen esas celebraciones familiares que tanto me gustan... Felicidades pareja :-)
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