Es difícil resumir lo que vivimos aquellos cuatro días en fotografías, especialmente porque la cámara se quedó en la habitación hasta el último día. Con la colaboración de Jemima B. y del equipo de Misión Posible intentaré dejar cierta huella de lo que sucedió...
Antes de partir, en la parada del autobús hice una fotografía especial. Él es David, el primo de Dani que nos acompañó en el viaje. Me encanta porque esta foto refleja su personalidad extrovertida y transparente.
Como decía, es difícil poner palabras e imágenes a esta experiencia. Los EBI, nuestros amigos participando como voluntarios, las charlas interesantes comiendo pipas en el pabellón de deportes.
Las colas interminables para comer esa comida que no siempre se podía comer y las provisiones que Dani siempre llevaba en la mochila para salvar la comida. Blanca apareciendo en el último vídeo del evento sin nosotros saberlo. Su orgullo.
La música, las luces, la alabanza. Las voces de los niños y la piel de gallina.El teatro de cada mañana, las reflexiones, los retos. El testimonio de una viuda que perdonó a los asesinos de su amado esposo el día de su entierro y sus reflexiones desgarradoras.
Nuestro compromiso, el compromiso de personas a las que amamos. La despedida.
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